Crítica de Hunters - Amazon Prime

Hunters es una serie muy de su tiempo, es decir, de nuestro tiempo.

Hunters – El apego del productor ejecutivo Jordan Peele es suficiente para atraer a la gente impresionada por “Déjame salir” y “Nosotros (Us)“.

Pero el principal atractivo tiene que ser el co-protagonista de la serie Al Pacino, para quien Hunters representa el primer descenso significativo de la leyenda desde el Olimpo del cine a las verdes tierras bajas de la televisión.

Los poderes de Jonah (Logan Lerman) tal y como son, descansan en su legado. Es un chico normal de Nueva York que vende marihuana y es golpeado por matones locales que le hacen llover insultos raciales.

También es el orgullo y la alegría de su safta (en hebreo para la abuela) Ruth (Jeannie Berlin), que es asesinada a tiros durante un allanamiento de morada que se produce mientras Jonás está presente, pero demasiado tarde para detenerlo.

A la sensación de impotencia de Jonah,se añade el hecho de que el crimen no parece aleatorio o irresoluble a pesar de lo que le dice la policía local, y la obstinada insistencia de Jonah en encontrar al asesino le hace llamar la atención de Meyer Offerman (Al Pacino).

Ruth y Meyer son ambos sobrevivientes del Holocausto y, cómo descubre Jonah, miembros fundadores de un equipo dedicado a rastrear a los nazis que se han establecido secretamente en los Estados Unidos – podría haber cientos, miles, incluso – y matarlos.

Este equipo multicultural de asesinos está formado por un ladrón de cajas fuertes llamado Roxy (Tiffany Boone); un actor fracasado llamado Lonnie Flash (Josh Radnor); unos esposos expertos en armas, aparentemente suaves, llamados Murray (Saul Rubinek) y Mindy (Carol Kane); Joe Torrance (Louis Ozawa), especialista en combate y veterano de Vietnam; y la Hermana Harriet (Kate Mulvany).

Atrapada entre los malos obvios y los buenos con tácticas cuestionables, se encuentra la agente del FBI Millie Malone (Jerrika Hinton), quien originalmente se topa con la conspiración de los “nazis en los Estados Unidos”, como parte de un caso que la pone tras la pista de Meyer pero que muy pronto la coloca a ella y a sus seres queridos en el punto de mira de los miembros del Reich preocupados de que se esté acercando demasiado.

Caza al Reich…

La naturaleza de las actuaciones en Hunters son secundarias a la caza, ya que cada episodio acerca a los antihéroes a lo que ellos creen que es su principal presa.

Y esto le da sustancia a la idea de que no debe ser tomado demasiado en serio. La visible lucha de Jonah con respecto a si los medios del equipo para impartir justicia son los correctos, y sus luchas internas con la moral de la vigilancia, es tan profunda como la trama.

Tales momentos son las únicas oportunidades que se le conceden a Lerman para hacer algún tipo de ejercicio dramático.
Pacino hace un buen trabajo y encuentra un volumen más bajo en el papel de Meyer, y nunca hay ningún indicio de que este papel pueda colocarlo en la carrera por un Globo o un Emmy.

Todas las actuaciones son igualmente útiles; de hecho, las que más destacan son los papeles periféricos interpretados por Dylan Baker, una figura de la administración de Jimmy Carter, y Lena Olin, una elegante y siniestra jugadora de poder.

Referencias Cinematográficas…

Por lo demás, Hunters pesa más en las referencias cinematográficas (incluyendo, en un flashback, el préstamo de lo que puede ser el visual más famoso de Steven Spielberg), que en la resonancia emocional.
Tales espectadores pueden apreciar la violencia presentada alegremente y los frecuentes homenajes a Quentin Tarantino.

Esos momentos se producen precisamente como se esperaría de una serie que tiene literalmente una monja, un veterano de Vietnam, cuatro judíos, un revolucionario negro,entregando venganza a los oficiales del Tercer Reich que torturaban a la gente en los campos de concentración.

Es ridículo, satisfactorio, increíblemente salvaje y extrañamente placentero, a menudo, todo al mismo tiempo.
Hoy en día, es difícil encontrar visiones únicas del heroísmo; además, digerir el significado de tales obras requiere mucha energía.

La comodidad también puede servir de invitación, y las mejores versiones de cada una son propuestas contundentes, como la que Meyer ofrece a Jonah en el funeral de su safta, justo antes de que Meyer decida si el chico es digno de unirse a la sangrienta y peligrosa búsqueda del anciano.
“El Talmud está equivocado: Vivir bien no es la mejor venganza. ¿Sabes cuál es la mejor venganza? La venganza.”

Algunos dirían que esa línea está muy trillada. Otros, elegantemente simple. De cualquier manera funciona…

Toda la temporada disponible en Amazon Prime.