Crítica de Westworld Temporada 3

Los muertos viven, los mundos son espejismos, y la lucha está en marcha

 Esta 3 temporada de Westworld, es un espectáculo con capas de misterio sobre misterio, uniendo legítimamente fascinantes reflexiones existenciales, tecnológicas y sociales entre las narrativas superpuestas, y luego las retuerce  en líneas temporales caleidoscópicas.

Con las identidades reveladas, la mayoría de los personajes secundarios perdidos  o muertos, y la mayoría de nuestros personajes principales dejando atrás Westworld para el continente, el a veces brillante y a veces desconcertante éxito de ciencia ficción de HBO, preparó el escenario para una especie de suave reinicio en su tercera temporada.

 

Dolores (Evan Rachel Wood) modificó el código de Teddy (James Marsden) para hacer que él siguiera adelante con sus fines violentos, así que se pegó un tiro; Bernard (Jeffrey Wright) tuvo otra crisis de identidad y se enfrentó al fantasma de Ford en la máquina. 

Hale (Tessa Thompson) mató a Elsie (Shannon Woodward), luego Dolores mató a Hale, pero no antes de crear un cuerpo de Hale; Lee (Simon Quarterman), Hector (Rodrigo Santoro), y Armistice (Ingrid Bolsø Berdal) se sacrificaron por Maeve (Thandie Newton). 

Un montón de conciencias anfitrionas (incluyendo a Teddy, la hija de Maeve, y Akecheta), se subieron a un paraíso artificial llamado La Forja; y el Hombre de Negro (Ed Harris) mató a su hija bajo la falsa creencia de que era un huésped.

Stubbs (Luke Hemsworth) confirmó que era un anfitrión cuando dejó que Dolores se escapara de la isla en el cuerpo del Hale.

Pero no sería Westworld sin un poco de misterio... 

En sus últimos momentos, el final de la segunda temporada reveló que Dolores no dejó la isla sola; se llevó cinco perlas del cerebro del anfitrión. 

Una fue Bernard, para quien construyó un nuevo cuerpo y se liberó en el continente, también se construyó un nuevo cuerpo, y dejó caer otra misteriosa conciencia en el de Hale. 

La escena posterior a los créditos reveló que William está vivo, tal vez. O tal vez en algún tipo de simulación, o posiblemente un huésped en algún momento en un futuro polvoriento, donde podría estar siendo probado para la fidelidad por su hija probablemente muerta.

 

Westworld puede estar tomando la acción fuera del parque y presentarnos a la futura sociedad que lo construyó, pero lo que queda claro inmediatamente es que la vida fuera del parque no es mucho mejor que la vida dentro. De hecho, es más o menos lo mismo...

Jonathan Nolan habló de su fascinación y miedo al determinismo algorítmico; en resumen, la idea de que todo en la vida contemporánea está cada vez más determinado por algoritmos, desde lo que vemos y escuchamos, cómo resolvemos crímenes y diagnosticamos enfermedades. 

Extrapolando eso más allá, los algoritmos empiezan a decirte cómo votar, cómo vivir y qué creer. Y en cierto punto, estos algoritmos se convierten en una especie de profecía autocumplida: ¿están tus canciones más escuchadas en Spotify encabezando esas listas porque son tus canciones favoritas o porque el algoritmo te las sigue recomendando?

En la 3 temporada de Westworld, Nolan y Lisa Joy aplican esas preguntas a la sociedad en general, creando una cultura totalmente dirigida, motivada y determinada por los datos. 

Al igual que los anfitriones del parque de Delos, la gente que vive en el futuro de Westworld, se establece en caminos determinados por lo que la gente en el poder programa para ellos. 

Eso deja a gente como Caleb (Aaron Paul), gorroneando por centavos en un mundo que parece no tener un lugar para ellos. O como dice Caleb, "construyeron el mundo para que fuera un juego y luego lo manipularon para asegurarse de que ganaran". 

Veterano obsesionado por las pérdidas que sufrió durante su servicio, Caleb se muestra reacio con una voz misteriosa al otro lado del teléfono y parece no poder encontrar nunca un trabajo. 

Mientras tanto, trabaja en la construcción y se mantiene ocupado haciendo el "turno de noche" en una aplicación llamada Rico. "¡Gana dinero, hijo de puta!", grita la aplicación cuando la abre, ofreciendo trabajos ocasionales que van desde delitos menores hasta "Justicia redistributiva" (también conocida como robar dinero a los ricos). 

Una noche, uno de esos trabajos le lleva a Dolores, y desde allí, Caleb se ve envuelto en su lucha por una revolución que ni siquiera entiende.

Aparte del misterio continuo de las conciencias de los anfitriones que ella sigue metiendo en los cuerpos de los anfitriones recién acuñados, la historia de Dolores y Caleb es la más directa y gratificante. 

Dolores ha sido a menudo un personaje difícil de seguir gracias a sus regulares crisis de identidad, oscilando entre damisela en apuros y villana totalmente antipática, pero en la 3 temporada, finalmente parece haber llegado a un agradable y constante punto medio. 

Serac (Vincent Cassel), necesitaba un arma en su lucha contra Dolores - la variable que estaba arruinando todos sus planes para la humanidad - y eligió a su anfitriona , Maeve. 

Maeve es presionada inicialmente por Serac, quien más tarde también le ofrece un reencuentro con su hija, si Maeve logra extraer la llave del mundo virtual Sublime, que Serac necesita por razones desconocidas. 

Maeve ve a Dolores trayendo copias de sí misma, como una traición de su especie, lo que le da un poco más de munición, aunque debe darse cuenta de que los humanos (al igual que Serac), nunca dejarán a los huéspedes realmente libres. 

Me gusta donde la 3 temporada dejó las cosas...

La lucha por la supervivencia de la humanidad y el futuro de las relaciones entre robots y humanos se decidirá en la 4 temporada.

Me gusta que la mayoría, sino todas las preguntas que teníamos, hayan sido respondidas al final de esta temporada. 

Y me gusta aún más que haya habido menos prestidigitación en la narración. 

La 2 temporada se esforzó demasiado para ser tan inteligente como la 1 y terminó siendo un poco desordenada. 

Así pues, un buen final para esta 3 temporada, y con ganas de ver cómo continuará la lucha entre humanos y máquinas.

Valoración: ★★★★

Serie disponible en HBO.