Critica Heretic (Hereje)

 

Heretic: La fe como prisión y refugio

Con Heretic, los directores Scott Beck y Bryan Woods (A Quiet Place) se adentran en el thriller psicológico con tintes de horror, explorando la fe, el fanatismo y la fragilidad de las creencias cuando se enfrentan a lo irracional. Un film atmosférico que, aunque mantiene la tensión durante gran parte de su metraje, tropieza en su último acto, perdiendo parte del impacto de su potente premisa.

Desde su inicio, la película juega con la ambigüedad: ¿es el peligro terrenal o sobrenatural? La historia sigue a dos misioneras que llegan a la casa de un hombre enigmático, desencadenando una confrontación de convicciones en la que el miedo y la fe se convierten en armas. El trío protagonista, compuesto por Hugh Grant, Sophie Thatcher y Chloe East, sostiene el filme con interpretaciones intensas y matizadas. 

Grant, en particular, se aleja de sus roles más convencionales para encarnar a un personaje que destila amenaza y carisma en igual medida. Thatcher y East, por su parte, aportan vulnerabilidad y determinación, logrando que sus diálogos —cargados de subtexto— se sientan creíbles y tensos.

Uno de los puntos más interesantes de Heretic es su tratamiento de la religión. Lejos de ofrecer una visión unidimensional, la película presenta la fe como un ancla tanto para la salvación como para la manipulación. Cada personaje encarna una postura distinta ante la creencia, lo que da pie a un juego de poder donde la duda es el enemigo real. La puesta en escena, austera y opresiva, contribuye a esta sensación de encierro ideológico y físico.

Sin embargo, el último tercio de la cinta no consigue sostener la intensidad de lo planteado. La progresión narrativa, que hasta entonces se construía con un ritmo medido y atmósfera inquietante, pierde solidez con resoluciones menos impactantes de lo esperado. Aunque el desenlace busca cerrar los temas centrales, lo hace de manera algo precipitada, dejando la sensación de que el film no llega a explotar todo su potencial.

En definitiva, Heretic es un thriller psicológico interesante, con un trío de protagonistas en estado de gracia y una premisa que atrapa. Su exploración sobre la fe y el fanatismo es efectiva, pero el clímax no logra estar a la altura del resto del metraje. Aun así, resulta una propuesta recomendable para quienes disfrutan del horror con trasfondo filosófico.

⭐⭐⭐⭐ (4/5)